Parte II
Los integrantes de la base estudiantil de Ayotzinapa sabían que las instancias de diálogo con las autoridades de Educación Pública del estado estaban prácticamente terminadas, tenían que ejercer presión utilizando otros métodos que fueran más efectivos. Seguimos platicando con Sebastián, quién a través de los recuerdos que alberga su memoria, trata de reconstruir el contexto en el que se empezaron a emprender otras prácticas pacíficas para propiciar el diálogo, mismas que se van construyendo de la siguiente manera:
“El día 3 de diciembre hicimos acciones ya fuertes de boteo y vívereo, bajamos camiones, pipas de diésel, para negociarlo, a ver que se resolvía con eso”. La organización estudiantil, pretendía que con estas acciones el estado de Guerrero, liderado por el gobernador Miguel Ángel Aguirre Rivero, emprendiera una acción de diálogo y colaboración con los alumnos con el fin de llegar a un convenio, en el que las dos partes estuvieran de acuerdo, sin embargo el diálogo no llegó.
Siguiendo con el testimonio de Sebastián, nos dice cómo las acciones de lucha por parte de los alumnos se iban incrementando al paso de los días, al no tener respuesta del Estado, emprendieron otras formas de lucha, “el gobierno puso resistencia, nosotros bajamos la pipa de diésel, la negociamos con el dueño por medio de dinero y comida, porque ya nos habían quitado la ración del comedor y salieron a viverear los compañeros para que pudiéramos mantener a la base, porque ya nos habían quitado las raciones de alimento”.
La situación en estos momentos en la Normal, eran críticas, pues el Estado, no sólo no estaba dispuesto a dialogar con los estudiantes, sino que a la par, les había recortado los alimentos, como medida para ejercer presión hacia el movimiento estudiantil y que este desistiera y dejara de realizar acciones políticas dentro del estado.
Sin embargo, a pesar de los intentos del estado de Guerrero por debilitar el movimiento estudiantil, este siguió emprendiendo acciones que veremos en el siguiente apartado.